“Mi hija es virgen.
En esto no hay dudas. ¿Pero por cuanto tiempo?.
El problema no es que deje de serlo, es lógico, en algún momento tendrá que suceder, aquí la disyuntiva radica en que existen diferentes puntos dignos de consideración, a saber:
1. Su cuerpo reclama sexo, lujuria, (no lujuria no), ¡pasión!, eso.
2. Su mente no está preparada, ojo a este punto, mira dibujitos animados, juega con el gato como si fuera una muñeca, no le gusta que le hable sobre sexualidad.
3. Le da asco el beso de lengua.
4. ¿Que el beso de lengua no es importante? Vamos….
5. Recién hace solo un año que sale a bailar.
6. Tiene 16 años.
7. ¡¡¡¡Es mi bebe!!!!!.
Soy una madre moderna, le dije que existían otras opciones para relajarse un poquito.
Sinceramente. Pienso que no está lista para tener relaciones sexuales.
¡¡Pero me dijo que soy una pervertida!!.
Ojala mi propia madre me hubiera aconsejado masturbarme.
¿Que tiene de malo la exploración sexual personal?.
René desde que es bebe se toca el pirulín, y hoy por hoy, se que lo sigue haciendo todo el tiempo. (Sus sabanas, pantalones, ropa interior, revistas, PC, y miradas depravadas a toda mujer que se le cruce, incluida Teté, lo confirma).
Mi teoría, es que la nena se fuerza para ser lo que aún no siente en su interior.
Esta muy cerrada la piba, le pregunte hasta que “nivel” llegaron con ese noviecito que tanto ostenta y no me quiere decir nada.
¡¡Nada!!.
Dios mío!!, cuanta lujuria incontenida que hoy por hoy se respira en mi casa.
Por un lado Mario, que ya no se que excusa darle para no sucumbir ante su falo insaciable.
René, que esta peor que un cachorro manto negro.
Gabriela, ya lo relate.
Y por supuesto yo. Que a pesar de tener comida en casa. (Mario, con manzanita en la boca ) sueño despierta con alguien que me haga aprender de golpe chino mandarín.
Así están las cosas por aquí.
Me parece que voy a prender el celular.”
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