“ ¿Alguien tiene alguna duda?.
Imaginemos la escena: En la puerta de calle de su casa, ve a su padre, que con carita de perro regañado míra aterrado a su esposa, (su madre) que con cara de loca insaciable, vociferando palabras incomprensibles, presa de un ataque sicótico abre la puerta y de un solo y eficiente movimiento, logra tirar con fuerza una hermosa bolsa transparente al medio de la calle.
Usted, que en este caso es el hijo de esta clásica pareja en crisis, advierte que algo no anda muy bien que digamos y pregunta, muy, muy interesado en conocer la respuesta.
“¿Qué pasa che acá?”
Y su padre contesta:
“Naaaada hijito… es que papito, le regaló a mamita, ( ¡¡se apoya la mano en el pecho el muy turro!!) con todooooo el amor del mundo, un desayuno sorpresa, y a mamita…. No le gustó.”
Usted sinceramente, escucha a su padre explicando lo sucedido, ve a su madre que con espuma en la boca asiente lo que ha expresado su marido, y estirándose de puntita de pie mirando a la calle, certifica con sus propios ojos lo relatado por su progenitor, mientras ve como un camión cisterna aplasta el gran paquete rosado haciendo reventar en mil pedazos, bastante grandes, las medialunas… la mermelada…. el osito de peluche….(un ojo del osito rodó hasta la misma puerta de casa) etc, etc, etc…
Usted, ¿que pensaría de todo lo sucedido?.
Primero: Mi madre está pasando un mal momento.
Segundo: Es un problema entre ellos, que se arreglen.
Tercero: Esta mina es una hija de re mil….
¿Eligió la tercera opción?, ¡¡felicitaciones!!!.
Mis hijos también.
Hoy por hoy, así están las cosas por mi casa.”
jueves, 1 de octubre de 2009
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