“Me encontraba profundamente dormida, cuando de pronto….
Entran a mi dormitorio desesperados mis hijos gritando al unísono:
“Mamá!!! Mamá!! Es papá es papá!!! Vení a ver!!! Papá!! Papá!!! Vení, vení dale levantate!!!”
Me incorporé como impulsada por un resorte, y media dormida en zigzag, pegajosa por el agobiante calor de todo el día, (la térmica llegó a 37º!) corrí y me quedé paralizada en medio del living con un ojo medio cerrado tratando de ubicarme en tiempo y espacio.
Miró el reloj de pared, 5: 40 de la mañana, o madrugada diría, de noche aún, René sentado en el sillón , se comía nervioso las uñas, y balbuceaba palabras incoherentes, Gaby, parada al lado mío olo me miraba y sonreía nerviosamente.
Afuera silencio y quietud.
Cuando de pronto….
Un ruido ensordecedor corta la armonía del incipiente amanecer.
“¡Que es eso?! Pregunto a Gaby pero es René quién exaltado saltando del sillón contesta.
“Es papá!! Es papá mamá!! Te dije!! Te lo dije!!...Ja! jajaja!!, Yo se lo dije!! Ja! Má!,pá!!,!!, es papito!!, papaito querido”
Corro a la ventana ¡¡¡y no puedo creer lo que veo afuera!!!!
Mario!, cortando el césped a las seis menos cuarto de la mañana!!.
-“Hola familia!!, que calor no?, hola Claudia!, hace días que me decía, Mario… tenés que cortar el pasto, Mario, no podés dejar que tu mujer viva entre los yuyos… Mario”
“Mario!!!.”
“Que Claudi?!”
“Estás asustando a los chicos… y a mí también, dejá eso y entrá por favor”
Me pregunto, ¿serán todos así?.
Desayunamos juntos, traté de tranquilizar a los chicos, y les hable abiertamente de lo que sucede entre Mario y yo.
“Entonces… no lo querés más a papá?”
“No es tan así Gaby, o lo mejor sí, la vida a veces,”
“No digas la vida!!, la vida es hermosa y no tiene nada que ver en esto!!, sos vos la mal parida que no me quiere ver más!!!, vos!!!”
“Te vas Mario!, no soy un objeto que estás perdiendo, soy una persona, una persona que necesita otra cosa, algo que en vos evidentemente no estoy encontrando”
Palabras más palabras menos el encuentro familiar terminó cerca de las 7 de la mañana.
El calor se tornaba insoportable y Mario, estaba a su altura.
Gaby se fue a bañar y René a dormir un poco más.
Cerré la puerta de calle, con Mario del lado de afuera y le grité.
“Basta!!!, te vas atrabajar que yo también tengo cosas que hacer!!, se terminó!!”.
Después del medio día, cuando los chicos estaban en la escuela, me duché de nuevo por tercera vez en el día, y me recosté un poco.
Me dormí y soñé con Mario.
En el sueño yo estaba llorando, Mario, con cara de enojado me decía que no me quería, que ya no aguantaba más la convivencia.
Y me sentí desprotegida, sola, como si el mundo fuera a devorarme.
Desperté con palpitaciones, agitada, sudada por el calor y la pesadilla, automáticamente me senté en la cama y me dije en voz alta.
“¿Que hiciste Claudia?”
Y me levanté.
Fue un día largo, pesado, demasiada humedad y el típico cansancio de esta época del año.
Mario no volvió a comunicarse.
sábado, 31 de octubre de 2009
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