“Son las 2 A.M. del martes 13, me cercioré bien, todos en casa están bien dormiditos.
Aquí comienza mi momento de meditación.
Es bárbara esta herramienta catalizadora de emociones.
Como un diario íntimo del siglo XXI.
Sí, no me equivoque, un “Diario intimo”, si hoy en día toda nuestra vida es una gran pantalla expuesta. Una vidriera que nos impulsa segundo a segundo a ir un poco más allá de lo acostumbrado.
¿Hasta donde llegará este ejercicio periódico de mi existencia?
Qui lo sa!.
No me interesa la fama, no quiero ser mediática, solo aspiro a ser una gota en este gran océano eterno que es la Web.
Creo en Dios. Se que existe mucho más después de la vida.
De igual manera pienso sobre Internet.
Hoy escribo sobre mi soledad, y lo deprimida que estoy.
Y nadie en mi entorno lo sabe, ni siquiera una amiga.
Pero quizás en España, en México, o en Perú una mujer de mi edad lee este blog, y se siente identificada.
Y por un momento, ya no se sentirá sola, aunque no se comunique conmigo.
Ella sabe que existo yo.
Entonces la soledad se comparte, se divide, y ya no es más soledad.
Es casi una especie de altruismo.
¿Altruismo cibernético?.
Ahí ya me fui al carajo.”
martes, 13 de octubre de 2009
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